Tristeza nocturna
Escuchando el molestoso ruido nocturnode coplas sin sentido y compases al azar,
me ahogo en mi melancolía taciturno,
muriendo solo y triste tratando no recordar.
Recordar esos ojos tan profundos y serenos,
recordar ese aroma de flor de azahar
que llenaba mi alma de deseos tan llenos
de abrazarla y sus labios poderlos besar.
Jamás ni un beso, ni un abrazo siquiera
ella me ha dado ni aún al verme morir
pero con su desdén, morir es cosa cualquiera
comparado al dolor que jamás se ha de resarcir.
Copyright © - Victor Emanuel Ortiz
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