A veces es mejor el silencio. Pero qué tristeza tan grande cuando querés hablar con alguien, pero no podés porque la soledad te estruja el alma, la soledad que nunca se va, soledad sempiterna que nunca terminará...
Si tan solo tuviera algún amigo... pero no.
La amistad no existe. ¿Por qué ilusionarme con conversar? ¿por qué sigo soñando en vano una ronda de
tereré o compartir mis sentimientos con alguien, decir lo que pienso, por qué?
No tengo con quien hablar. Y a veces de tanta soledad, tengo miedo de olvidar hasta el sonido de mi propia voz que con el tiempo lentamente se hace más y más distinto al sonido que tengo yo de la voz de mis propios pensamientos.
Estoy solo -me siento solo- y eso duele. Y pienso que el nombre del dolor máximo se llama
soledad.
Foto |
via
