12/10/10

El grito: Antes y después

El grito (en noruego Srkik), es probablemente una de las más importantes obras del movimiento expresionista y por mucho la más famosa de Edvard Munch, y es casi como un ícono semejante a la Mona Lisa de Leonardo. Simboliza al hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial.

Según el diario del artista, escrito allá por el año 1892:
«Paseaba por un sendero con dos amigos - el sol se puso - de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.»
Hay varias teorías acerca del origen de esta pintura. Algunos dicen que el rojizo del cielo se debe a que Munch llegó a observar el efecto de la poderosísima erupción del volcán Krakatoa el 26 de agosto 1883 en las que las cenizas arrojadas tiñeron el cielo de rojo en gran parte del mundo hacia finales de noviembre de 1883 hasta mediados de febrero de 1884.

De fondo se ve Oslo (Noruega), visto desde la colina de Ekeberg. Al momento de pintar esta obra la hermana de Much, Laura Catherina fue internada en un hospital mental situado en la base de la colina.

En la pintura la persona que se ve al frente es un ser andrógino (ni hombre ni mujer) que está gritando en medio de una completa desesperación. Hay quienes argumentan que fue probablemente inspirado en la momia peruana que Munch vio en 1889 la Exposición Universal de París y que estaba en posición fetal con sus manos junto a su rostro.

Pero aún así yo tengo otra interpretación:

El grito: antes

Imagen: El grito - Antes
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El grito: después

Imagen: El grito - Después
¡a todo volumen!

Otra posible explicación:

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Actualización (agosto 2014)