13/04/10

Chicas y religión

Hay una frase que solía escuchar cuando alguien iniciaba una conversación, y giraba en torno a las tres "cosas" sobre las cuales uno no debería hablar para no empezar a pelear: deportes (o más específicamente fútbol), política y religión.

Las tres prohibiciones tienen su fundamento, por ejemplo, el primero, al hablar de fútbol también se habla de clubes y luego se empieza a decir que tal o cual club es mejor que el otro, que Olimpia es mejor que Cerro, y luego las pasiones se ponen en manifiesto y empieza un embrollo semi-cataclísmico.

De política es poco lo que podría hablar, y vale también lo mismo que el punto anterior; los colores, las ideologías se chocan en la conversación y los nervios se caldean y luego empiezan las discordias, que si sos de izquierda o de derecha que es mejor ser de tal partido y no de este otro.

Hasta acá todo bien, yo simplemente trato de tocar lo menos posible los puntos anteriores para no crear disputas o no quedar mal con quien esté conversando en ese momento. Si me preguntan ¿cual club sos?, hago un ademán y digo que de fútbol yo nada, igual para los partidos políticos.

Ahora bien, el tercer punto ya es otro tema completamente distinto.

Cuando era niño leía mucho. Mi mamá digamos que es bastante religiosa. Compraba libros y yo los leía. Llegó un tiempo que ese tema me apasionaba mucho y quería leer más. Un libro que me encaminó en este mundo religioso se titulaba Formación Apologética. Me llamaba mucho la atención las diferencias abismales entre las diferentes iglesias que se hacían llamar "Cristianas".

Apologética es viene del nombre de un hombre de origen judío que se llamaba Apolo. Hablaba valientemente -dice la Biblia- en la sinagoga y en todas partes y refutaba a los judíos demostrando que el Cristo era Jesús. Este hombre enseñaba con claridad, demostraba lo que decía con las Escrituras.

¿A dónde quiero llegar con todo esto?

A la pequeña anécdota (que no es la primera vez que me pasa) que me tocó hace un par de semanas.

Conocí a esta chica en el curso de diseño web que ahora estoy siguiendo. Agradable. Conversamos y luego llegó la pregunta de "¿cuál es tu religión?".

-Cristiano, dije yo.

-Yo Adventista, dijo ella.

Y no volvimos a hablar sino hasta la siguiente semana.

Lo que me puso un poco incómodo fue el regalito (sic) que me tenía preparado. No es la primera vez que alguien no católico me regala cosas así. Esta vez era un libro anticatólico de aquellos que te hacen morder los dientes al leerlo, con un autor que sabe hacer muy bien el camuflaje para que sea lo suficientemente amena la lectura como para convencer.

Del libro no puedo decir mucho. Daba a entender que el fin del mundo iba a ocurrir ya, pronto, muy cerca. Casi como si dijera "va a ser en tal o cual año".
Es simpático pero Jesús mismo dijo una vez que ni siquiera él mismo sabía cuando iba a ser el fin, ni los ángeles, "solo el Padre que está en los cielos".

Decía, además, que eso de descansar el día domingo fue un invento pagano del diablo (sic) olvidando que los cristianos hacen esa diferenciación al domingo sobre otros días porque fue el día que Jesús resucitó.

Había también varias interpretaciones de lo más extrañas y variopintas acerca de varias citas bíblicas casi al azar.

¿Cómo es posible? No hay que interpretar la Biblia así "como se me cante", eso está mal. Para eso están estas dos ciencias, la Exégesis (que es tratar de comprender qué quiso decir el autor con eso que escribió) y la Hermenéutica (que estudia qué quiere decir ese mensaje de la Biblia, hoy en este momento histórico)

O sino, si cada quien interpreta a su manera va a hacer que la Biblia diga cualquier cosa, hasta cosas descabelladas.

En fin, casi nunca hablo de religión, pero eso es algo que me tocó además al no ser la primera chica que me regala cosas de esas no quería dejarlo pasar. Y sigo sin entender por qué me regalan estas cosas :S

Y para quien todavía no lo haya pillado, sí, soy Cristiano y Católico :P