10/12/09

Esa chispa breve y dulce se ha apagado

Estar enamorado... esa chispita breve y dulce, más dulce que el mismísimo panal de miel del paraíso, era lo que encendía en llamas ardientes mi ilusión...

Pero las ilusiones son sólo eso: esperanzas inútiles, vanas.

Y las chispas se apagan por el soplo fuerte de un gélido viento embravecido y se convierte en ceniza fría, estéril, seca.

Y yo trato de soplar suavemente de nuevo, por is acaso el céfiro de la dulzura del verdadero amor, de mis sentimientos, encienda la chispa que se convirtió en ceniza...

Pero no... mientras más doy aliento a la chispa menos puede ya arder, pues la ceniza se convierte en barro por mis lágrimas de dolor amargo como absintio...

Y ese barro se mezcla con mi sangre que brota como lágrimas amargas y que famélico lo absorbe el hastío y me ahogo en el abismo insondable de mi soledad, nuevamente y para siempre esta vez.

Ahogándome en hastío yo voy palideciendo, lentamente voy muriendo, entre sueños rotos agonizado...

Desglosando va el tristemente entre mis manos el portador de tinta y palabras, frases desgarradas y sangrantes, frases destrozadas y muertas como áfilo árbol de mi vida

Tal vez la ame... o tal vez sólo sea un efímero delirio que golpea, primeramente como brisa congelada, suave, casi inadvertida, pero luego como huracanado vendaval que arranca del pecho un hastiante sentimiento.

No sé si es amor... Tal vez sea otra cosa. Quizá un agónico síntoma de mi desesperación.

Lo que sé es que es angustiante... No. No puedo seguir.

¿Y si es amor?... ¡Vaya aliciente!... Tengo que vivir...

Miedo... Mucho miedo da la opción de sucumbir al sentimiento...