Expresaba la impotencia de un amor no correspondido, ese sentimiento de enamorarse de un amor imposible, lo que sentía en mi pecho (un incendio, llamaradas en el corazón) cada vez que la veía y la tristeza de saber que que sólo podría estar cerca de ella como lo está la más brillante estrella en el callado firmamento de una noche en soledad. Y a pesar de eso, seguía extendiendo mi mano a través de la ventana con la esperanza de algún día poder alcanzarla.
Poema del perfume del amor imposible
I
Al áureo haz de luz de tus suaves cabellos
roza el perfume de mi amor imposible
como brisa sublime de seda increíble
como el brillo del sol y sus tenues destellos.
Al bajar por el soplo de luna de tu frente
encuentro ese par de esmeraldas divinas
y al contemplar tu mirada tú me calcinas,
incendiando mi pecho como llama ardiente.
Tus labios de diosa como pétalos rosados
de bellas flores etéreas del paraíso,
te juro, me enloquecen con ese hechizo,
tanto, que los besarían mis labios, osados.
II
Pero sólo puedo mirarte desde lo lejos
como a una estrella que brilla lejana
y aunque estás aquí, a mi lado, cercana,
sé que por siempre para otro serán tus besos.
Por eso te pido, te suplico vida mía,
no apartes de mí la gloriosa primavera
de tus ojos ni la cadencia de tu cadera
porque mi vida sin ti, sería agonía.
Pero igual si es imposible este amor,
en la infinita eternidad perdurará,
y yo sé que solamente el tiempo lo dirá:
si será tan tuyo como mío este amor.
Al áureo haz de luz de tus suaves cabellos
roza el perfume de mi amor imposible
como brisa sublime de seda increíble
como el brillo del sol y sus tenues destellos.
Al bajar por el soplo de luna de tu frente
encuentro ese par de esmeraldas divinas
y al contemplar tu mirada tú me calcinas,
incendiando mi pecho como llama ardiente.
Tus labios de diosa como pétalos rosados
de bellas flores etéreas del paraíso,
te juro, me enloquecen con ese hechizo,
tanto, que los besarían mis labios, osados.
II
Pero sólo puedo mirarte desde lo lejos
como a una estrella que brilla lejana
y aunque estás aquí, a mi lado, cercana,
sé que por siempre para otro serán tus besos.
Por eso te pido, te suplico vida mía,
no apartes de mí la gloriosa primavera
de tus ojos ni la cadencia de tu cadera
porque mi vida sin ti, sería agonía.
Pero igual si es imposible este amor,
en la infinita eternidad perdurará,
y yo sé que solamente el tiempo lo dirá:
si será tan tuyo como mío este amor.
Copyright © - Victor Emanuel Ortiz
+Víctor Emanuel Ortiz