04/10/10

Entre lágrimas

Nota: Este post no es de interés público general propiamente dicho, es totalmente personal... es más, no tengo idea de por qué lo publiqué. Este simplemente es un ejemplo más de catarsis, sólo quería descargarme, eso es todo... En fin...

A quien engaño... Estoy mal. Muy mal. Estoy tremendamente deprimido y ni yo mismo lo quiero aceptar. Me siento morir...

Lágrimas. Malditas lágrimas. Me ahogo en ellas y a nadie le importa.

Me aprieta el pecho. Me siento igual que hace tres años. Y el cardiólogo con su doppler color nungá y toda esa parafernalia que no encontraba nada. Presión por el suelo, taquicardia sin sentido... Sin explicación.

Pero no me aprieta el corazón, me aprieta el alma...

Estoy solo, me siento solo. Lo sé, hay gente acá, pero igual me siento solo, solo acá adentro.

Esa habitación mía, triste y gris, completamente fría... no puedo estar ahí. Me siento en la cama, enciendo el televisor para mirar al vacío. Hasta he cambiado el lugar de los muebles igual me siento vacío, igual si abro el ventanal gigantesco que ocupa toda la pared, igual me trae recuerdos de ella.

Y hacía tanto frío...
«Sentí tu calor, Victor...»
Me dijo ella casi suspirando, casi entre lágrimas, al celular cuando volvió a su casa...

Me vienen los recuerdos de sus palabras, frases que dijo aquella noche fría, junto a imágenes suyas que me azotan la mente.

No puedo más, duele demasiado. Pensamientos que van y vienen. Dolor acumulado en el tiempo.
«Fue solo una noche de calentura, como le puede pasar a cualquiera»

Esas fueron sus últimas palabras, la última vez que le vi. Le entregué mi alma, fue la chica de mi primer beso, mi primera vez.

Lo más triste es que no puedo olvidarla, y lo he intentado tanto...

Y se casó. Vive en Japón. Pero allá ella tiene frío.

Ya no está. Se fue. Me destruyó...

Quisiera saber por qué estoy acá, quisiera poder enamorarme otra vez...

¿Enamorarme? Pero ¿y si destruyen mi corazón otra vez? o ¿y si le entrego todo a alguien que solamente quiera jugar?

Yo no sé amar de otra forma, de otra que no sea con todo mi corazón, con todas las ganas de mi interior.

Oh, no. Necesitaré otro pañuelo, no puedo ver nada ya otra vez por culpa de las lágrimas...

Cuando lloraba, desde niño incluso ya me preguntaba cuántas piscinas llenarían todas las lágrimas que ya he derramado y que seguro he de derramar

Mientras tanto simulo que todo está bien, hago de cuentas que sonrío, intento hacer chistes casi forzados de acá para allá, relleno de emotíconos alegres el messenger (si es que alguien me habla, es que siempre aparezco como desconectado)

Pero eso no sirve de nada, me siento demasiado triste, estoy deprimido. Tanto que, a pesar de tener en borrador algunas entradas en mis blogs no las termino de redactar porque cada vez le veo menos sentido a todo.

Y pensar que mis blogs, internet y todo eso era algo que me daba ganas de seguir, o porque ayudaba a la gente (por ejemplo con mi blog de sobre informática) o porque tenía esa sensación de que la música, películas, o poesías que publicaba le importaban algo a alguien.

Allá por el mes de julio decía que no estaba muerto... ahora estoy muerto, pero por dentro. Y no quiero que este blog muera... Luego miro algunos comentarios, de los poquisimos que tengo, y en medio de lágrimas agridulces pienso que al menos a una o dos personas le habré tocado el corazón...