07/07/10

Poema del renunciamiento...

Durante mi época de colegio (en el CTN) recuerdo que la maestra de literatura nos encomendó la tarea de tener que sabernos un poema de memoria para el día siguiente.

¡Válgame Dios! Yo sin Internet, sin mis anotaciones y con el único libro de poemas que leí cuando era niño (uno grande y con muchas hojas llamado "Antología Poética Universal") lejos de mi alcance, estaba desesperado.

En eso recordé algo que me había comentado mi mamá sobre algunos poemas que transcribió (los pasó a máquina de escribir) y los tenía guardados entre libros y en sobres.

El poema, cuyo texto transcribiré a continuación, tiene una historia detrás. Pero shhh!, no le cuentes a nadie.

Fue uno de los que más recordaba mi mamá. Le había mandado un apuesto y galante caballero en su época de soltera.

No hace falta imaginarse mi mirada de huevo revuelto cuando me lo contó, agregando: "pero no le cuentes a tu papá"

Claro que por el título y el contenido del poema uno ya se puede dar cuenta de que ella jamás le dio bola a éste ni a otro más que al "señor del bigote".

Pero más grande aún fue mi sorpresa cuando lo leí.

-Conozco este poema- dije yo.

Hasta pude decir algunas partes de memoria. ¿Pero dónde lo leí?

Resultó que, si hay algo que realmente me gusta o me llama la atención difícilmente lo olvido. Y lo había leído (entre tantas otras cosas que leí) cuando era sólo un mita'ï

Además que en más de una ocasión me había identificado con ese poema ya que habla acerca de un hombre que nunca pudo contarle a la chica lo que sentía por ella. Es que era (y sigo siendo) extremadamente tímido.

Incluso escribí un poema propio titulado "El poema del perfume del amor imposible", supongo porque inconscientemente recordaba este poema al momento de escribirlo.

LibroA continuación la transcripción del poema del que estoy hablando:

Poema del renunciamiento - José Ángel Buesa

Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.
Pasarás en silencio por mi amor, y al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte ... y jamás lo sabrás.

Soñaré con el nácar virginal de tu frente;
soñaré con tus ojos de esmeraldas de mar;
soñaré con tus labios desesperadamente;
soñaré con tus besos ... y jamás lo sabrás.

Quizá pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amaré más que nunca ... y jamás lo sabrás.

Yo te amaré en silencio, como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos ... y jamás lo sabrás.

Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-el tormento infinito que te debo ocultar-
yo te diré sonriente: "No es nada ... ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima... ¡y jamás lo sabrás!
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