17/05/10

¡Odio el Hardware!

No había llorado tanto en tanto tiempo... No había derramado una sola lágrima en mucho, mucho tiempo.

Ahora siento cómo me aprieta el pecho, casi no veo la pantalla por las lágrimas y siento que me voy a desarmar en mil pedazos...

Ya no hay dinero y me siento morir al saber que mi única catarsis, mis blogs e Internet ya no los tendré al alcance.

Mis manos tiemblan y yo grito en un lamento inaudible, silencioso, mustio.

¡Cómo odio el hardware, por Dios!

Sí, ya se. Me dicen y repiten que sin el hardware el software no sirve de nada.

Pero me pregunto... ¡¿por qué carajos tengo tanta mala suerte?!

Cada cosa que toco se arruina.

Desde mi maldito disco duro que misteriosamente se "desconecta" justo cuando estoy en algo muy importante por culpa de esta horrible placa madre que sólo Dios sabrá cual es su problema hasta aparatos que -justamente- no son míos.

Ahora quiero morir porque no sé de dónde rayos voy a sacar la plata para arreglar esa placa madre que está ahí cerca, mirándome, desafiándome, diciéndome: "Vos me mataste"

Se rompió "algo" de metal mientras le sacaba el polvo y ahora ya no se prende.

Me dicen que se puede arreglar en Ciudad del Este, que tengo que enviarlo y reemplazan ese "coso" por otro pero... ¿y el dinero?

Ni siquiera hay para pagar el teléfono ni el Internet.

Y lo peor llegó. Luego de unos contactos a CDE dijeron que no podrían arreglarlo hasta... agosto!!!

Quiero llorar o no se qué. Siempre tengo mala suerte con el hardware, desde que tuve mi primera computadora... o sea, desde siempre.

Lo único que hago es navegar por Internet, escribir, ver una que otra película o serie, leer y... leer.

Y de repente... puf!!

Que la placa madre se quemó y se fue al tacho, que la placa de vídeo tuvo un problema, que la PC ya no se inicia pues tal vez por un problema del disco duro, que la impresora no imprime, que la máquina hace un ruido infernal cada vez que se prende ...

Estoy hasta el cuello, harto. Odio el hardware. Odio todo lo que tenga que ver con circuitos, con ese enmarañado cablerío que más bien parecen tripas que se asoman al abrir la carcasa como si fuera una asquerosa autopsia, el ruido de los ventiladores, las náuseas que me provoca escuchar que cada cortísimo lapso sale un modelo nuevo de placa con nombres rarísimos como en código (tipo p753esdt-sm y que supuestamente es mejor que el p752erdt-sm que le antecedió porque le agregaron una resistencia y dos capacitores en la esquina superior derecha)

Lo mío es el HTML y ese tipo de cosas. Adoro las interfaces gráficas, adoro el software.

Estuve pensando y creo que este odio visceral hacia el hardware viene del tiempo del colegio, del Técnico Nacional.

Cometí el gravísimo error de ingresar a Electrónica (debí entrar a Informática) y creo que me traumé o algo así. Hasta ahora siento repulsión por las asignaturas que estudiábamos. Hasta llegó el punto en que deseaba no haber nacido a haber ingresado a esa especialidad. Odiaba electrónica y ese sentimiento no cambia hasta ahora.

En este momento no sé si llorar, o quedar catatónico o gritarle a la almohada. Ahora no sé qué hacer. No tengo muchas opciones. Ya que no puedo arreglar esa máquina ajena estoy pensando seriamente sacrificar mi propia PC.

Creo que no podré aguantar uno o dos meses sin Internet. Se ha integrado a mi vida de forma tal que no veo qué haría sin mi catarsis favorita.

Además no sólo es eso. Mi hermana estudia en la universidad. Compartimos esta computadora y si algo le pasa... ella me mata!

¿Darle mi placa madre y esperar que funcione con sus componentes? ¿Y yo mientras qué hago?

También podría convencerlo para que yo le compre una placa madre nueva, una no tan cara de Ciudad del Este (ahí siempre es más asequible)

Además no es que sea precisamente falto de recursos. Va a una de las universidades más "chuchis" que conozca. Paga ochocientos mil guaraníes por mes para estar ahí. Supongo que dinero no le ha de faltar (al menos no a sus padres)

¿Pero cómo asumir la responsabilidad? Fui yo el que fundió su PC.

Si fuera por mí, le compraría una y otra a mí. Esta placa madre, dicen, es la que hace que mi disco duro se "desmonte" (como alguien una vez denominó a lo que yo llamo "desconectarse") al santo cohete...

Pero no. Estoy seco, sin un peso. Estoy desesperado y me quiero morir.

Pero como me acaba de decir mi mamá: nadie se muere por una lata.

Ojalá alguien, Dios o cualquier mortal me ilumine para salir de esta. Le estaré muy agradecido...