Nota: esta es una opinión personal y sólo representa una visión temporaria y cambiante de una realidad específica, por tanto, la opinión puede cambiar.
29/07/09
25/07/09
Frío
Escondrijo de soledad frío y taciturno,
taciturno como extraño silencio nocturno.
La llama de la vida, congelándose despacio,
en su agonía, perdiéndose en el espacio.
La llama de ilusión también se ha congelado
al morir contemplando su mirar cruel y helado.
Como hielo, mi corazón tras su seco saludo
se rompió en pedazos con un sonido agudo
23/07/09
La destrucción de mi mundo interior
Soledad, libertad....
22/07/09
¡Cuanta soledad!
desde que era niño
tener algún amigo
con quien yo conversar...
Ahora estoy solo,
completamente solo;
me siento tan vacío
en esta soledad.
¡Oh cuánta soledad
en esta cuidad!
¡Tan solo me siento
en esta ciudad!
Estoy agonizando...
por dentro estoy muriendo.
Yo me siento sumido
en esta oscuridad.
Luego yo me pregunto:
Por qué haber nacido
si solo he sufrido
en esta soledad?
Porque estoy convencido:
yo me siento vencido,
por dentro consumido
por esta soledad.
Ahora más que nunca
un miedo que asusta,
destroza y disgusta
me llena de ansiedad.
Y en esta agonía,
yo sin la simpatía
de una compañía...
me muero en soledad...
Ahora, suplicante
estoy en este instante,
gritando incesante:
¡ya no más soledad!
Voy a volar contigo...
Y la traducción aproximada sería:
19/07/09
La ciencia de los sueños
Y en lo que yo en un ardid de originalidad llamé "singularidad heurística disociativa", tomando el sentido astronómico de singularidad, no singularidad de unicidad sino desde un punto de vista físico, que es algo así como una zona en el espacio-tiempo donde no puede definirse ninguna magnitud física que se relacione con los campos gravitatorios. O sea, en otras palabras si agregamos el sentido metafórico de singularidad espacio-tiempo al orden de la psicológico o del interior de la persona y a eso le juntamos la explosión de imaginación o de heurística que hace que las personas generen o creen un mundo imaginario, además le agregamos disociatividad, o sea, la persona no se da cuenta o en algunos casos directamente no recuerda lo que hizo, se tiene este nuevo concepto invetado por mí para explicar ese extraño comportamiento que los
18/07/09
Reflexiones sueltas sobre blogs twitter y la soledad
Una de mis catarsis ya no funciona. Leer, leer, leer y leer mucho sobre “lo que me gusta”. Pasarme horas y horas tragando páginas webs, blogs y más para calmar mi ansiedad… para que al final darme cuenta que estoy solo y que por más que sepa de informática, códigos, ciencia o lo que sea igual voy a terminar solo.
Porque no es lo que uno sabe lo que importa, sino, lo que uno pueda compartir con los otros lo que sabe o lo que ha aprendido.
Twitter es sólo un placebo, es sólo una forma de intentar decirse a sí mismo que alguien escucha.
En mi caso lo es porque, aparentemente, me daba esa sensación estúpida y hasta inútil de que lo que decía o lo que pensaba u opinaba tenía algún sentido o le interesaba a alguien.
Comprendo que la gente guste de los links, suelo seguir a quienes a mi criterio o en mi ramo o en lo que me gusta, (sea informática, tecnología, ciencia, diseño web, etc.) tienen links interesantes, y yo también trato de que lo que posteo en Twitter sea interesante, pero no veo la reciprocidad, no hay lo que llamo algo “social”. No siento lo social de Twitter. No lo siento al usarlo.
Dicen que es “social networking” pero… oh, qué soledad siento!
No quiero estar solo… Ya no aguanto más estar solo.
Pero más vale un placebo que chocar con mi propia realidad, con el dolor de mi sentimiento eternizado de hastío y dolor juntos en un mar de eterna soledad.
Yo uso internet de catarsis y he ahí el nombre de este blog, para descargar mi frustración, mi ira, mis miedos, mis tristezas, mis poquitísimas alegrías –que hace tiempo no tengo ni una pizca- y también la única forma es atiborrarme de información, llenarme la cabeza para borrarle a, sacarle de mi cabeza... a alguien...
¿Por qué siento que internet solamente agranda más las distancias? Y si me borro de todo y “me borro” yo también Elimino todas mis cuentas de todos lados, todo, desaparezco de internet y me borro para siempre y por siempre.
¿El Blog? Si… tal vez sea una oportunidad, pero el mundo es grande, el mundo completo no es lo mismo que los compañeros de colegio, que los críticos que dejan comentarios, comentarios dolorosamente insultantes, críticas que te apresan en sus ideas.
Es hermoso tener un blog, sería hermoso como lo es tener un diario personal, pero, ¿qué tan lejos puede ir lo personal dentro de un blog?
Además… ¿Quién lo leería?
Está demostrado casi científicamente que la mayoría no se interesa. A nadie le interesa demasiado –o del todo- lo que uno escribe. Los lectores no son tales, no leen, simplemente "escanean" los textos, no se ponen a meditar lo que el autor escribió y tomar su propia perspectiva de opinión. Dan por hecho que es sólo una mala traducción de algunos sitios en inglés famosos o sólo una “réplica”.
Según los estúpidos estándares actuales una mujer “debería” medir la famosa cifra 90-60-90. Según leí por ahí en ese enmarañado de páginas que constituyen mis marcadores del "fairfocs", en internet es distinto, no es así, es más bien una maldita y desproporcionada pirámide de 90-9-1 siendo así que, en el 90%, en la base de la pirámide, están los que yo llamo “observantes”. Solo van, observan el contenido, lo consumen absortos en su taciturnidad.
A continuación vienen los replicantes, ese 9%, que replica, sea traduciendo, o editando la información, agregando su opinión o modificando un poco lo que los del resto de la torta piramidal (el 1%) va soltando, los que yo llamo “generantes”, aquellos que no copian de ningún sitio, los que sacan de cero, y de quienes se saca toda la información que se desparrama como reguero de pólvora por toda la internet gracias a los replicantes.
Y algunos replicantes me caen mal al hígado, me caen gordos como se dice también. Porque algunos no hacen otra cosa que lo más detestable: la “copypasta” Copiar y pegar y ya está. Y así es muy difícil dar con el que escribió originalmente el artículo, la entrada o post o como quiera que se llame o por lo menos saber en qué blog o sitio web se escribió primero...
Creo que es suficiente negatividad por hoy… sólo espero que alguien se digne a dejar un comentario, una opinión o algo así. Eso me animaría un poco más...
Nota final: Como lo dice la etiqueta, esta es una opinión y las opiniones cambian de un día para otro... así que...
17/07/09
Antes y ahora
Ahora (2007)
Tirado en medio del asfalto
15/07/09
El problema de Franco Mendieta (teatro)
-Franco, andápue traé la gaseosa. Tomá acá hay un cinco mil.
Le pasa el papá a Franco el billete a pesar de que todavía éste sigue masticando un pedazo de carne. Con la boca llena dice:
-hmm, está bien, pero esperána
-Andá siqué, upéi reupáta la nde rembi'ú!
Se levanta, se dirige hacia el portón y una señora seria le saluda y pregunta:
-¿La casa de Franco Mendieta?
-Sí, acá es - responde Franco con un tono de curiosidad
.¿Y está él?
-Ehmm, todavía no, pero, pase nomás señora.
Le acompaña una hermosa joven, rubia, de aproximadamente dieciséis años. Ambas con caras serias entran a la casa por el portón del patio.
-Buenas... -dicen al unísono las dos al entrar.
-A buen tiempo, mba'éichapa, ¿en qué le podemos servir?
-Estamos... no se preocupe por el asiento, de paso nomás vinimos. Estamos buscando a Franco Mendieta. Aquí es donde vive él, ¿verdad?
-Claro, che mitakaria'yngo péa- contestó el papá.
-E'a, no le vieron pio al entrar - dijo la mamá extrañada
-No...
-Ahí viene... ¡Rápido pue! - le dice casi gritando el papá
-E'ána, no había ko en la esquina y tuve que ir en lo de ña Pancha.
-Che memby, estas señoras quieren hablar contigo.... ¿Qué mba'epa ya hiciste ya otra vé?
-Nada mamá, mba'épio che ajapóta gua'u?
-Mba'e náda atu pikó, la otra ve llamaron de tu colegio para decirme que rompiste todo una silla no sé que, ¡ich!
-Anínati... Ustedes... ¿son del colegio, verdad?
-No... Nosotras venimos por otro motivo....
Se dirigió hacia su hija y le preguntó:
-¿él es?
-Sí, él es, és es el papá de tu nietita! - repondió en voz alta la joven.
-Mba'é he'í!? - exclamó el papá de Franco quien creyó haber escuchado mal
-Lamento informarle que aquí tenemos una orden de la fiscalía... y del juzgado... -decía esto la señora mientras sacaba papeles de una carpeta archivadora que estaban presillados de a dos y de a cuatro- y también la demanda judicial por prestación de alimentos en contra de Franco Rafael Mendieta Esquivel, de dieciocho años, soltero, domiciliado en las calles Tajy casi Arenales, número quinientos veinte conforme a la resolución número....
-¡Espere un momento!... Cómo es eso de presentación de alimento ñandekó!? - objetó el papá bastante confundido.
-¡Demanda judicial! ¡Che Dió Santo! ¡Qué lo que ya otra vé ahora rompiste nde mita'î akã bodóke!, ¡ejú ché ko'ápe!
La mamá persiguió a Franco hasta alcanzarlo y darle varios sopapos y coscorrones, luego agarró un palo de escoba que estaba al alcance de su mano y le dijo:
-Kóa amopêta nde akãre hína! Decime, ¡qué lo que ya otra vé hiciste! ¡Dale pue!
-¡Mba'ére pio che nupã, che ndajapói mba'evé, eporandúna Eduárdope ehecha hagua la che ndajapói mba'evé!
-Mba'e Eduardo, otro bandído oikóa!
-Carmen!, eheja chupe ha eporandu mba'e apoha péa pe presación de aliento, de alimento ma'embo. -interrumpió el papá a su esposa quien estaba bastante alterada.
-Hêe.. disculpe señora, pero ¿qué es lo que hizo nuestro hijo?
-El tema no es lo que hizo, sino lo que no hizo, o lo que no está haciendo, mejor dicho - contestó la visitante con una voz misteriosa
-Lo que no... nantendéi mba'eve... -concluyó la mamá de Franco con bastante de frustración y confusión en el rostro.
En eso llegó otro hombre, un poco atareado, como si el apuro fuera parte de su ser, luego de pedir permiso ingresó al lugar.
-Disculpen mi llegada tardía, pero resulta ser que estaba atendiendo otro caso y se mi hizo un poco tarde. Hola, soy el fiscal Sindulfo Vera, fiscal en lo civil, muy buenas noches.
Pasó la mano y el papá dijo
-¿Usté es fiscal? Mirána un poco Carmen, para mí que es demasiado jovencito ko es para ser fiscal.
-Disculpe señor, pero aquí no hemos venido a discutir mi edad sino el grave caso de demanda impuesto al acusado por parte de estas dos damas aquí presentes.
-Qué es lo que dicen gua'u que hizo supuestamente mi hijo, señor juez.
-Fiscal, señora, fiscal... y... según las demandantes aquí estamos frente a una grave falta por abandono y la no prestación de alimentos por parte del denunciado
-¿Abandono? ¿Ha mba'e la ohejáva ha'e? -Preguntó aún más intrigado el papá, poniéndose un poco más nervioso esta vez.
-Pues aquí tenemos... espere que un momento, ya enseguida... acá están las fotos que van a dilucidar con mayor facilidad sus dudas.
Sacó dificultosamente unas cuantas fotografías de su maletín negro (aunque aquella noche más bien parecía marrón oscuro) En la primera foto que fue mostrada aparecía una bellísima jovencita rubia, parecida a la que acompañaba a la señora, de ojos azules tendiendo al verde, de tez blanca y una hermosa sonrisa que hacía resaltar las blancas perlas de su boca.
-Y ésta pio quién es?
-Esa, señora, era la madre de la criatura
-¡De quién pikó!? ¿Cuál criatura?
-Pues la niña que es el centro de todo este litigio judicial... a ver... de esta niña!
Y mostró una foto de una bebé de un año y medio más o menos, muy parecida a su mamá (pues luego pareciera ser que ni un poquito se parece a su papá)
El padre de Franco tomó esta vez la palabra y preguntó:
-¿Y eso qué tiene que ver con nuestro hijo?
-Como que, "qué tiene que ver" - continuó el fiscal interviniente- siendo que él es el padre de la menor, por supuesto que tiene que ver con el caso... o me van a decir que no estaban enterados de todo esto?
-Eha'arõke... peráke no estoy entendiendo hína -prosiguió el papá de "Franquito" como le decía su mamá las pocas veces que se ponía cariñosa con él- ¿Cómo es eso de que Franco es...? No! Anichéne! No puede ser!... ¡Franco! vení un poco acá!, ¡qué es lo que estas personas están diciendo de vos?!
-Ndéra, todavía ko ni la mitá de mi comida todavía no comí!
Seguí Franco en la mesa, sin prestar mayor atenció a lo que los demás adultos decían
-Franco, nde eikuaá mávapa péa? ¿vos le conocés a esa chica?
Le mostró la foto de la mamá de la niña y él exclamó con un silbido
-Fiiifiuuu, iporãitépa, ¿quién pio es? ¿una modelo?
-Mba'e modelo atu pikó, ich!, esa es la mamá de esta mitakuña'î que está acá en esta foto -Le regañó su madre por enésima vez
-Chúlina!
-Chúlina te voy a dar si no me decís por qué lo que están diciendo todo eso sobre vos, ne mita'î malgraciado eikóa!
-¿Y qué lo que dicen gua'u?
-Y que vó so el papá de esa criatura!
-Mba'e!? cheko ni chika'i ndarkói!
-Ma'e nderekói atú pikó, ha pe ohóa nendie ko kueheambue pe don Kaló túva veloriohápio pio mba'e?
-Pe tuicha guasúva... mba'éicha ihérava?... Mamérta pio nde ere?
-Ha quién más?
-Noo, péango Eduardo chika'i
-¿Eduardo?
- Sí, ha emañamína chéve, ¿mba'e chika'í pio che arekóta? Hakeko che vai formal hína. Las chicas ko corren todo de mi, oimene culébra mba'e la ohechapa che rováre!
- Hêe, péa cierto señor fiscal, no puede ser que esa chica, ema'emína la iporãlája... ko che Franquito ko ivaive la carpíncho oikeva'ekue la yvyguýpe. No no es cierto otro ha de ser el que es su papá -dijo la mamá un tanto más calmanda.
-Si, y otra cosa -añadió Franco- chengo che vírgen todavía mi estimado
-E'a, Franco! péango nderemombeúi'arã che ra'y! -dijo su papá
-Pero es cierto ko! Yo todavía no le toqué a ninguna mujer, ni le miré siquiera! Además, yo no le conozco a ninguna de esta señora, señorita o... ¡nambré!
-Mba'e! ¿rerasêta pio? Enfrentátena como hombre toda esta situación che ra'y... y dígame señor juez
-Fiscal...
-Fiscal, en qué se basa para acusarle así a mi hijo?
-En primer término, las pruebas en su contra, como por ejemplo, el diario personal de la fallecida en donde...
-¿Fallecida? máa la omanóva? -interrumpió extrañada la mamá.
-La madre de la niña... y como le decía, su diario personal en donde escribe detalladamente y de manera pormenorizada el encuentro con el acusado, cómo se conocieron, el lugar en dónde quedó encinta y todo está escrito ahí. Ahora bien para tener la certeza de que en realidad , en verdad Franco Mendieta, o sea, su hijo, es el padre de la menor tendremos que realizar todas las pruebas correspondientes y eso incluye el examen de ADN
-Ah, eso yo conozco... es uno de eso test en donde te dicen si vos está loco o para saber si sos demasiado cabezudo o algo así, a mi me hicieron uno de eso en el colegio hace poco.
-Esos son tests psicológicos mi hijo - continuó diciendo el fiscal- El el examen de ADN lo que se va a averiguar es si vos sos o no realmente el papá de la criatura.
-Socio, y eso pio... duele, nde...
-No te preocupes por eso, lo que sí vamos a hacer es tratar de llegar a un acuerdo monetario favorable para ambas partes...
-Espere, yo todavía no entiendo hína, no entiendo eso de presazón de alimento o lo que sea -dijo el papá cortando las palabras del fiscal.
-Y es de eso justamente de lo que estoy hablando, del pago en una suma equis para el mantenimiento de la niña.
-Pero esperána un poco chera'a, si todavía no sabemos si es o no mi hija esa nenita pio para qué vamos a apurarno, ¿verdad?
-Nadie dijo estar apurado aquí -respondió el fiscal, a lo que la señora, la madre de la chica que quedó embarazada replicó:
-¿Cómo que no? Nosotras por eso justamente lo que hicimos esta demanda. Porque no podemos hacernos cargo de la bebé. Yo tengo que ir a España a trabajar y mi hija obtuvo una beca para ir a estudiar al Brasil. ¿Dónde va a quedar entonces la niña? Entonces pensamos, ¿dónde más que en la casa de su papá?
-Mirána un poco, le van a dejar una bebé a un mita'î que ni siquiera atar su champión no sabe hína... pero qué macanada!
-Uhmm mamá!
-En serio ko é
-Entonces mañana para las ocho y media en la fiscalía para empezarlos trámites -dijo el fiscal como para terminar su visita.
El papá de Franco quedó turbado y pensando que ciertamente tal vez esas mujeres estaban tendiéndole una trampa a su único hijo.
14/07/09
Tercer planeta: Manual del usuario
El planeta Tierra, tercero en distancia al Sol, se ha entregado completamente armado y en perfectas condiciones. Debe operar en forma totalmente automática y sin dificultades; sin embargo, para asegurar su funcionamiento adecuado, se ruega a todos los pasajeros estudiar bien las instrucciones que se dan a continuación. La pérdida y aún el extravío temporal de este manual puede originar una catástrofe. Los pasajeros que se olviden de aplicar estas normas probablemente causarán enromes daños antes de aprender por sí mismos cuáles son los procedimientos de operación apropiados.
- COMPONENTES
- MANTENIMIENTO
- REPARACIONES DE URGENCIA
11/07/09
No hay nadie en el parque....
Ya todos entraron, la hora del recreo ha terminado.
Silencio. Profundo silencio que precede a una tormenta.
Las nubes se juntan oscuras, solemnes, preparándose para la lluvia.
La tarde mendiga un poco de sol, pero sólo migajas quedan.
El cielo se vuelve negro, negro como el color funesto de una noche impávida y sin luna.
Un pequeño banquito pintado de verde en la esquina recoge, sediento, lágrimas de tristeza profunda, angustia sempiterna.
La soledad en el aire, perfume agraz de inocencia y dolor entremezclados.
Nadie en el parque.
La calesita le lanza suavemente chillidos al viento que la golpea y la empuja y se va.
Sólo queda este niño, solitario, triste, que, con la mirada perdida en el horizonte deja caer gotas de agonía de su interior, sentado taciturno en ese banco.
Ahogado en pensamientos casi suicidas ve en las nubes figuras de su acongojada vida, imágenes vívidas de la mismísima soledad.
El polvo se levanta, está a punto de llover. Con solo siete años, casi ocho, ya ha visto la devastación de su mundo interior.
Nadie entiende. Todos juegan alegres unos con otros, niñas con niñas, niños con niños, sin saber siquiera que él también existe, sólo que está perdido en su propio mundo, como un autista hundido en sus propios pensamientos.
Los profesores solían decir que era varias veces más inteligente que los otros niños, que era un niño… ¿especial? Y se preguntaban: "¿Por qué no juega con los otros niños? ¿Por qué se queda ahí todos los días a la hora del recreo sentado, mirando a los otros, en ese desgastado banco?"
Él tan sólo callaba, mirando al horizonte, contemplando como en cámara lenta a los otros niños jugar.
No hay nadie en el parque excepto él.
Los minutos pasan. Baja la mirada y observa las pequeñas piedras trituradas de basalto, grises, oscuras; la grava que cubre gran parte del patio de la escuela.
Más allá divisa escombros, restos de una ampliación a un aula de otro sector, ladrillos secos rotos la mayoría, formando una colina que colinda con la alta pared de los vecinos.
Siente una enorme gota caer en su rostro. Mira al cielo. Aún no llueve. Es sólo un presagio.
Varios niños aparecen de repente, todos casi atléticos, jugadores de fútbol, fuertes excepto quizá el morenito chiquito que secunda al jefe, uno de mediana estatura, rubio casi castaño. Es una pandilla.
Pareciera que el tiempo se detiene.
¡Ahí está! Grita uno, todos empiezan a correr.
El niño se levanta de su asiento, y empieza a caminar. Es a él a quien buscan. Acelera la marcha. Bordea la calesita, esquiva las hamacas entre las gruesas patas de metal, se tropieza y cae…
Filosas piedritas lastiman sus manitas. Desesperado se vuelve a levantar. No hay nadie más en el parque, y parece que tampoco en la escuela.
Un trueno se escucha a lo lejos. Corre, trata de esconderse.
Observa raudamente unos viejos tambores metálicos sin fondo semienterrados en la grava que los niños usan como túneles. Se hinca para esconderse, pero todo es en vano.
El más rápido y alto de todos lo agarra de las piernas a la altura de los pies y lo arrastra, ensuciándole la camisa, el pantalón, todo.
Lo rodean y lo observan riéndose a carcajadas unos segundos.
Tirado en el suelo el niño nada puede hacer.
Uno de ellos, toma un puñado de esas piedritas y las deja caer sobre su torso, el jefe hace un ademán y todos hacen lo mismo, pero a diferencia de los otros, éste se las arroja a la cara con fuerza.
El niño se tapa la cara. Tiene ganas de llorar. Los otros ríen como endemoniados.
Agarran piedras cada vez más grandes, de entre los escombros.
Pedazos de ladrillos que el más pequeño apenas puede levantar.
Empiezan a apedrearlo con furia indescriptible, descargando la ira del mundo con sus manos.
El sólo se cubre el rostro. Se amontonan las piedras, los ladrillos a su alrededor. Entonces uno de ellos toma la iniciativa y le da una fuerte patada en las costillas. El niño grita, llora, pero nadie escucha. No hay nadie más en el parque.
Todos juntos empiezan a patearlo con una saña infernal nunca vista en niños de siete y ocho años.
La naturaleza lo salva. Gruesas gotas empiezan a caer.
¡Llueve, vámonos de acá! Grita el más pequeño.
Lo dejan tirado y sangrando, envuelto en lágrimas de dolor. Parecía que iba a llover. No fue así.
Sólo seis gotas, como el número de niños, cayeron esa tarde.
Todos corren. Luego, en medio de la estampida, el líder vuelve nuevamente y le grita: "¡Si le decís a alguien te mato!"
Silencio.
El silencio interrumpido por la respiración dificultosa del niño ensangrentado.
Se levanta despacio, primero dándose la vuelta para quedar boca abajo y luego en cuatro patas escupiendo sangre que mancha las piedras.
Tiembla… Llora. Nuevamente los pensamientos suicidas le invaden, esta vez con más fuerza todavía.
Una aparición.
La misma niña que había visto en sueños desde niño, de ojos transparentes y serenos con cabellos rubios recogidos, usando un pequeño guardapolvo blanco y una larga pollera color azul marino hasta las rodillas contrasta con el uniforme simple y de color granate de la escuela.
Ella acaricia al niño en la cabeza y suavemente se acerca al oído y susurrando le dice: "Todavía no, esperá un poquito".
La niña le da un besito en la frente. Lágrimas de sangre brotan de los ojos del niño.
Se seca con la mano y pregunta: "¿Qué es lo que tengo que esperar?"
Pero al abrir los ojos ella ya no estaba. Se incorpora y caminando lento en sufrimiento se acerca al bebedero. Se limpia la cara. Sigue escupiendo sangre. ¿Hemorragias internas? Quién sabe.
Nunca le dijo a nadie. Nunca tuvo amigos. Sus padres en el trabajo y él, conversando solamente con su lúgubre y silente soledad…
Estos hechos ocurrieron de verdad en una oscura tarde de octubre de mil novecientos noventa y cuatro.